En esta época del año comienza a aparecer la denominada procesionaria del pino, de la que muchos de vosotros habréis oído hablar.
Se trata de una oruga cuyos nidos se alojan a lo alto de los pinos, una vez comienza la temporada de “calor” (con el cambio climático esto es variable) las orugas comienzan a bajar de los árboles formando largas hileras de estas. El problema de esto son sus pelos, que son altamente urticantes. Hay que entender que estos pelos son su mecanismo de defensa ante agresiones externas, y que pueden incluso “soltarlos” si se ven el peligro, pudiendo hacer que estos pelos queden alojados por lo alrededores en plantas, rocas o en el propio suelo.
Lo que sucede cuando nuestras mascotas entran en contacto con estos pelos es que se produce una irritación de la piel y las mucosas además de causar una reacción anafiláctica que inflamará las partes donde los pelos hayan tenido contacto.
En la mayoría de los casos los perros se acercan a ellas con curiosidad, y como animales curiosos, su primera forma de contactar con algo novedoso que se mueve es el olfato y la boca, por ello se acercan de esa manera. Eso produce que su lengua entre en contacto con ellas y produce una gran reacción anafiláctica que comienza con un babeo excesivo (sialorrea), y la posterior inflamación de la lengua (glositis), pudiendo en algunos casos taponar la glotis e impedir la correcta respiración del animal. Pueden aparecer también vómitos. Es muy importante acudir inmediatamente al veterinario para empezar cuanto antes el tratamiento y evitar al máximo las secuelas.
Si no se puede acudir en un breve periodo de tiempo al veterinario, se debe lavar la zona con agua tibia ya que esto inactiva en gran parte los pelos urticantes, siempre con la cabeza hacia abajo para evitar, en la medida de los posible, que el animal trague esa agua.
El contacto con procesionaria es muy delicado, y tras los primeros días (o incluso horas) aparecen lesiones en las zonas afectadas, produciéndose en algunos casos una necrosis del tejido pudiendo hacer que pierdan partes de la lengua, por ejemplo.
En los casos más graves de ingestión de la oruga hay muchas posibilidades de fallecimiento del paciente.
Las orugas son seres vivos, debemos entender cómo evitarlas y cómo actuar para poder entender mejor el mundo y proteger a nuestros compañeros.